Cambio y fuera

[Fiestón en Chínipas]

  • Por Reportero Dos

Dicen que el pasado fin de semana hubo tremenda fiesta en Chínipas para celebrar la llegada de “El Señor”.

Algunos aseguran que ese “El Señor” es Adán Salazar quien en todo momento anduvo acompañado de su carnal, “El Tío Pin”.

¿Será cierto que ya anda libre Andan Salazar? Porque apenas hace dos meses fue sentenciado por los gringos a 15 años de prisión, aunque ya tenía algunos años preso primero en México luego en el gabacho.

Pero los que estuvieron en Chínipas el pasado fin de semana aseguran que era Don Adán, como le dicen los chinipenses, que fue a visitar el panteón y de paso le hicieron una fiesta por su regreso.

Aseguran que decenas de hombres armados hasta los dientes cuidaron a los carnales y no permitieron que tomaran fotos, es más, dicen, que anduvieron perifoneando para advertirles a los ciudadanos que no fueran a sacar sus teléfonos y captar imágenes.

El sábado por la mañana cuando llegaron los carnales en avión hubo desayuno en la pista de aterrizar. Invitaron a todo el pueblo. El menú fueron tacos de carnitas. De ahí se fueron a la plaza donde se presentaron diversos grupos musicales y la cerveza gratis no pudo faltar.

Mientras los carnales saludaban y disfrutaban de la música, su ejército los vigilaba, unos de cerca y otros en anillos de seguridad. Además tenían la policía a su disposición, al menos la municipal, porque los de la Ministerial posiblemente también andaban ahí, pero desarmados, solo como el chinito, milando.

La fiesta siguió el domingo en el panteón. Ahí hubo barbacoa para todos los que quisieron. Posteriormente los hermanos se fueron a su rancho, allá por Santa Rita, al otro lado del río, a donde solo asistieron gente de su confianza.

Ya el lunes por la mañana, los hermanos se fueron en un avión grande que incluso pensaron que no iba a poder bajar en la pista.

Sería bueno que los de la Ministerial fueran entrevistados por sus jefes para que les platiquen qué vieron en esos dos días de fiesta, bueno, si es que estuvieron ahí, porque falta que les hayan dado un descanso obligatorio para que no vieran, no oyeran y no hablaran.

Foto ilustrativa

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