El rosario de Carmen Salas
- Por editor M
Por Carlos Gallegos:
Ante el muro hermoso
del acueducto de Rosales
frente a la historia de su historia
escuchando el silencio de sus cerros
medito y agradezco
a tí Víctor Rosales
que hayas heredado tu nombre atemporal
al pueblo que documentó a Delicias
cuando Delicias era una comisaría
de tu generoso territorio
cuando de Delicias venían
a registrar sus nacimientos
a sepultar sus muertos
en tu camposanto centenario
a casarse en tu oficina enamorada
Venían de aquel Delicias
donde no había nada
sólo caliche
piedras y esperanza
sol y luna luna y sol
aire y calor
surcos regados con el llanto
de una lágrima furtiva
Pasaban los peregrinos
a pie
a caballo
a lomo de mula
Cruzaban tu río
nadando o en chalupa
pisando tu arena
ardiente en la seca
veraniega
quebrando con sus pies tus filosos hielos
en los meses de los crudísimos inviernos
Pasaban viendo la iglesia
de la Hacienda Las Delicias
cuando Carmen Salas
la patrona
salía de misa de siete
salía rezando un rosario
para que aquella nubecita
bíblica
del tamaño de una mano
que veía en el alto cielo
fuera la que vio el profeta
Elías
desde la atalaya de su cueva solitaria
y el cielo de Dios
derramara sobre ella
sobre todos
sobre los surcos de su Hacienda
derramara la lluvia milagrosa
que produjera la cosecha
ansiada
que sostuviera
un año más
su Sanatorio Salas
que en la ciudad de Chihuahua era casa de cientos de sin casa
que ahí
encontraban casa
calor
amor
alimento
y esperanza
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