CURUL CALIENTE

Chava Alcántar, que ayer asumió como Diputado Federal por el Sexto Distrito Electoral, no podrá dejar la bancada de Acción Nacional. Será un priísta entre los albiazules, en un momento en que eso puede ya no significar nada, dada la alianza que se avecina rumbo al 2024. Fue un acuerdo hecho entre azules y verdirojos, pues el PAN no podía darse el lujo de perder un legislador en un momento político tan trascendente. Alcántar entró después de la solicitud de licencia de Mario Mata que se fue e la Junta Central de Aguas. El verdadero motivo por el cual se hizo este movimiento extraño se desconoce aún, pero suenan algunas versiones. Una podría ser que existía un pacto con el PRI a través de Don Fernandone Baeza, a cuyo corral pertenece Chava, con la condición que el priísta deliciense fuera de suplente pero al ganar tuviera la oportunidad de cobrar la generosa dieta de San Lázaro. La otra es que el propio Mario Mata anduvo sobres del cargo en la Junta Central, en razón de que ya conoce el presupuesto, la estructura y el soporte, que además ya había manejado y lo había hecho bien. Una tercera versión apunta a una figura muy golpeteada y desgastada por el enfrentamiento que sostuvo con la Senadora Berta Caraveo, que terminó con una exhibida de aquellas y su inclusión en el padrón de violentadores políticos. Lo raro es que, por angas o por mangas, Mariomat no duró ni un año en la Cámara de Diputados. Tardó más en conseguir la candidatura y reelegirse como legislador que lo que estuvo en su curul.