QUIUBO, QUIUBO
- Por Editor R
Andreíta Chávez pretende infiltrarse en la Universidad Autónoma de Chihuahua como sea posible. Ahora utilizó los mismos cartuchos quemados, sus corifeos universitarios reprobados, para sumar adeptos a su causa. Sigue con el sueño guajiro de ser, enfermita de poder, atenida a Adán Augusto, sin importarle el escándalo nacional por el que atravesó y que tocó puertas en Palacio. Pero ella, jirita, como es, volteando hacia arriba, como si la Virgen de Guadalupe le hablara, sin escrúpulos al igual que su padrino ideológico La Corraleja, simula no ver ni oír nada. Es un caso atípico el de Andreíta, de una jovencita que no sabe cómo hacer política con tanto dinero y que opta por dilapidarlo sin esconderlo y por el contrario, goza haciendo saber quiénes son parte de su protectorado político. Y aparte se da el lujo de retar a cada momento a la Presidenta de la República. Quiubo, quiubo, eh.
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