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Desaparecen el Inai y tambalea la transparencia

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¿Ya no funcionan las instituciones autónomas locales? ¿Seguirá cargándose la información pública en la Plataforma Nacional de Transparencia? ¿Se pueden presentar inconformidades si no se obtiene información? Las 32 legislaturas locales son las encargadas de brindar certidumbre en el funcionamiento de los nuevos modelos que garanticen estos derechos humanos.

Luego de la extinción del Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública (Inai), surgieron muchas preguntas. ¿Ya no funcionan las instituciones autónomas locales? ¿Seguirá cargándose la información pública en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT)? ¿Se pueden presentar inconformidades si no se obtiene información? ¿Se suspendió la entrega de información pública en el país?

Y aún más. ¿Cuándo van a comenzar a operar los nuevos modelos institucionales en las entidades federativas? ¿Cuánto tiempo va a llevarse para que operen las nuevas instituciones responsables del derecho a saber? ¿Con quiénes expondremos las dudas que tenemos para cumplir con transparencia? Así podría mencionar una larguísima lista de inquietudes de todo tipo que me han acercado. La sociedad requiere respuestas. Y en este sentido, las 32 legislaturas locales son las encargadas de brindar certidumbre en el funcionamiento de los nuevos modelos que garanticen estos derechos humanos.

En cualquier rearticulación de instituciones públicas que conforman el Estado, la transparencia y el genuino parlamento abierto dan pulso respecto al tipo y características de los caminos que se construyen, y de las transiciones que se requieren para retomar el ritmo de respuestas públicas. En el caso de las reformas constitucionales y legales que tratan de la extinción de instituciones autónomas, para adoptar nuevos modelos que se ocupen de garantizar el derecho a saber y a la privacidad, la nitidez, claridad y certeza legal en los procesos legislativos y en la posterior implementación de los nuevos modelos requieren ser ejemplares.

Mapeo de país

Y como el reloj de arena de la transparencia sigue en avance de la cuenta regresiva (en tiempos que referí en el blog pasado y que acá pueden leer), realizamos el mapeo de las reformas que a nivel local extinguen las autonomías, y lo que disponen las nuevas leyes de acceso a la información, transparencia y datos personales. Documentaremos los procesos legislativos y tiempos en los que los próximos modelos atenderán lo que la sociedad requiere, de acuerdo con lo que cada legislatura determine en sus leyes y reformas locales.

El Semáforo sobre las reformas en torno al #DerechoASaber refleja qué instituciones autónomas siguen en funcionamiento, cuáles ya han realizado las reformas de extinción y nuevos modelos institucionales, qué entidades federativas tienen iniciativas de reformas en las legislaturas, y en qué entidades no se cuenta con información.

Al corte de información del 24 de abril, observamos que 24 instituciones autónomas siguen activas, lo que representa el 72 %; una está extinta (Inai); hay 3 estados con reformas aprobadas (Aguascalientes, Durango y Michoacán); dos legislaturas locales tienen ya iniciativas de ley en curso (Jalisco y Guerrero), y en 3 instituciones autónomas no muestran evidencia de funcionamiento (Michoacán, Aguascalientes y Nayarit).

En escucha

Se han ubicado dos legislaturas locales que en medios de comunicación han referido disposición para escuchar sobre alternativas de modelos institucionales: Jalisco y Ciudad de México. La primera ya cuenta con una iniciativa de reforma en discusión, mientras que en la capital del país aún no. La escucha es un primer paso para mostrar disposición de apertura, aunque el reto de cualquier intención de parlamento abierto es constatar si las acciones legislativas incluyen, consideran, fundan y motivan la inclusión o no, de las propuestas que la sociedad acerca.

Y aquí amerita subrayar que los ejercicios genuinos de parlamento abierto trascienden la realización de foros con invitaciones dirigidas a personas, organizaciones y grupos a modo. El parlamento abierto no es sinónimo de mesas en las que se exponen temas y enfoques de interés. Desde años atrás he referido que el parlamento abierto es una forma de interacción pública que abre, incorpora, transparenta, informa con ética, memoria, oportunidad, exhaustividad y datos abiertos, la representación y los procesos derivados de las facultades constitucionales, legales y reglamentarias de las personas legisladoras y los cuerpos legislativos.

Veremos el ritmo al que avanzan las legislaturas. Al día de la publicación de este blog, el reloj de arena de la transparencia ya consumió el 42 % del tiempo para realizar las armonizaciones a nivel local. Cabe agregar que incluso con las reformas y nuevas leyes, la clave estará en los artículos transitorios que determinarán en qué tiempos se hará la activación de los nuevos modelos institucionales. Tic-toc, tic-toc, tic-toc. El reloj sigue su curso.

(Información: Animal Político)

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