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Por si no fuera suficiente el caso del Crematorio Plenitud y el viacrucis que enfrentan cientos de familias para saber si sus seres queridos descansan en paz o siguen atrapados en el limbo, ahora surge un nuevo episodio que profundiza la indignación y la desconfianza. Jesús Manuel G. O., dueño de la funeraria Amor Eterno —vinculada directamente al crematorio clandestino—, fue detenido acusado de asesinar al encargado de un carwash en Paseo de la Victoria. El presunto homicida no es ajeno a la violencia: ya contaba con antecedentes por secuestro y otros delitos. Recordemos que fue precisamente en Plenitud donde las autoridades localizaron 386 cuerpos apilados en condiciones deplorables e irregulares, en lo que se ha convertido en una de las mayores tragedias forenses en la ciudad. La detención de Jesús Manuel G. O. en búsqueda de clientes para su negocio y la tragedia de Plenitud son mucho más que una vergüenza institucional. ¿Qué más sigue en esta historia de impunidad?