La Fuente Móvil

EL APÓSTOL

  • Por Editor R
EL APÓSTOL

Dicen que el Apóstol Santiago fue investido de espíritu santo y entonces salió a predicar la palabra hasta que se topó con la Torre Legislativa, en donde los gentiles, ajenos a los obediencia, se rebelaban contra los dictados del trono. Fue así como al llegar al recinto cameral logró el milagro de multiplicar los votos que consiguieran el objetivo que le había sido encomendado y que, alentado por los otros discípulos, como Alfredo y Joss, obtuviera ante la sorpresa de las multitudes. Los miembros del Sanedrín, que se relamían los bigotes por una esperada derrota y la consiguiente frustración de la misión, pusieron cara de yo-no-sé-qué-fue-lo-que-ocurrió. No hubo treinta monedas, ni demonios que poseyeran cuerpos ingenuos, ni negativas reiteradas, sino la convicción de proyectos que permitieran crecimiento personal. No la vio venir el Presidente del Consejo del Sanedrín, empecinado en cumplir ritualmente las normas, en forma exegética, formalista en extremo, sin visos de libertad y libertad de elección. Así que, se cumplió lo escrito y planeado cuando ya se pensaba que se desmoronaría el proyecto. Pero hay un tiempo para cada cosa bajo el firmamento y todavía no es hora de los cambios, así que el poder y la autoridad siguen por delegación divina hasta en tanto sea su momento.